30 nominados, 0 mujeres.
En 43 años, Florence Cestac ha sido la única mujer que ha recibido esta distinción, el Grand Prix. Claire Brétecher, referente del noveno arte, no lo ha recibido jamás. Solo en 1983 recibió un galardón, pero fue por el décimo aniversario del Festival de Angoulême --premio que no ha impedido al resto de sus ganadores ser nominados también nominados al Grand Prix--.
Protestamos contra esta discriminación tan evidente, esta negación total de nuestra representación en un medio que cuenta con más y más mujeres.
Para el Grand Prix de Angoulême esta profesión distingue a uno/a de nosotros/as por nuestra carrera. No se trata solamente de un premio honorífico, tiene un reflejo económico evidente: los/las autores/as se hacen más visibles mediáticamente, la nominación ofrece una visibilización en la industria que beneficia a libreros, editores… y al autor/a galardonado/a.
Nosotras solamente pedimos que se tenga en cuenta la realidad de nuestra existencia y nuestro valor.
Porque, ¿qué mensaje recibirán las autoras de cómic actuales y futuras? Se las quiere desanimar a que tengan ambición, a continuar esforzándose. Volvemos al concepto del techo de cristal, siempre tan funesto: se nos tolera pero no quieren que seamos cabezas de cartel. ¿Las mujeres en el cómic deben permanecer en un segundo plano?
Y es todavía más intolerable que autoras de renombre, cuyas carreras son reconocidas por todas y todos, estén ausentes en las nominaciones de este Grand Prix. Si las autoras y los autores seleccionan tres autores en una lista decidida por el FIBD (Festival International de la Bande Dessinée d’Angoulême), esta lista debe representar de manera real y efectiva lo que es el cómic hoy, un medio donde las autoras son también referente.
Por todas estas razones, el Collectif des créatrices de bande dessinée contre le sexisme llama al boicot del Grand Prix 2016. Nosotras no vamos a votar.